"Muchas personas son conscientes de que la vida está llena de momentos, y que aquellos que merece la pena atesorar, porque tocan nuestro corazón, tienen lugar en pocas ocasiones.
No hace mucho, en Tierra de Budas, pude vivir uno de esos instantes.
De retiro del Buda Vajrasattva con los maestros Geshe Tsering Palden y Geshe Ngawang Losel, acompañados por gente de la Comunidad Budista Thubten Dhargye Ling, voluntarios, amigos del centro Lama Tsongkhapa en Palma y gente de otros países y procedencias, pude comprobar en primera persona, la alegría de participar de la energía colectiva de la convivencia y de la profundidad y sutileza del Budismo y el Tantra.
Tierra de Budas estaba esplendoroso, con los tonos cambiantes del otoño, y el verde que impregnaba la tierra. Al llegar sentías que era el lugar de descanso donde uno siente que recupera la fuerza.
Dentro, en la casa se percibía la calidez del sitio, cómodas habitaciones, que invitaban al reposo. Me sentía lejos del ruido, mecido en la quietud de este lugar seguro.
De retiro con los maestros Geshe Tsering Palden y Geshe Ngawang Losel, acompañados por gente de la Comunidad Budista Thubten Dhargye Ling, voluntarios, amigos del centro Lama Tsongkhapa en Palma y gente de otros países y procedencias, pude comprobar en primera persona, la alegría de participar de la energía colectiva de la convivencia y de la profundidad y sutileza del Budismo y el Tantra.
En un paisaje de verdor, y con el freso que trae el otoño, Tierra de Budas estaba esplendoroso, y se transformaba en ese lugar de descanso donde uno siente que recupera la fuerza.
Dentro, en la casa, habitaciones de blanca ropa, en un ambiente limpio, amplio y cálido, me sentía lejos del ruido, mecido en el descanso de un lugar seguro.
Y no sólo el espíritu se alimentaba, también el cuerpo, con una cuidada dieta desde el desayuno a la cena, abundante, variada, rica y sabrosa. Aderezado todo ello de la gente que estaba presente, cada uno con sus anécdotas, con sus risas y lamentos, pero siempre en un ambiente de alegría y disfrute.
Pero eso era sólo la corteza del retiro, dentro el corazón de las enseñanzas. Un retiro inmejorable, con las palabras siempre acertadas y precisas de los maestros que nos guiaban en cada paso, abriendo su sabiduría para entender el significado más sutil de aquellos seres iluminados que expusieron su conocimiento para nuestro beneficio.
Las horas en la gompa, llevando a cabo la práctica son instantes dulces, instantes de oro, que sólo quien los vive puede ser capaz de saber su inestimable valor.
Cada día profundizábamos en la práctica de meditación en el Buda Vajrasattva, consiguiendo rozar el entendimiento de la paz mental, la ecuanimidad, sintiendo que mejoraban nuestras cualidades positivas a la vez que purificábamos karmas negativos. Todo ello con un solo objetivo, el ser capaces de poder ayudar a todos los seres.
Cuando mi recuerdo viaja a esos días, aún siento la piel que se eriza, la mente que reposa, el corazón que brinca, y es que, vivir una aventura en Tierra de Budas es algo para recordar. Cada día miro el calendario de actividades para ver cuándo será la siguiente…por nada me la quiero perder."
Crónica de un asistente al Retiro de VAJRASATVA del pasado mes de noviembre.
Comments(2)-
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Daniel says
10 de noviembre de 2018 at 23:25Excelente crónica, muy buenos recuerdos ☸️
Daniel says
10 de noviembre de 2018 at 23:25Excelente crónica, muy buenos recuerdos ☸️